Especialistas en hacernos sentir a través de sus notas. Arte inigualable con pocos poseedores. Voces tan agudas que traspasan los altavoces, tan graves que abarcan todo el tímpano. Guitarras tocadas por manos con dedos que nos acercan el cielo.
Infinitas combinaciones de palabras con infinitos sonidos de instrumentos. O sin ellos. O sin ellas. Todo es música, hasta el sonido que hacen tus tacones al bailar.
Presente en casi todos los momentos importantes de tu vida, y de la mía. Nos sigue allá donde vayamos, nos persigue sin maldad. Nos alegra atardeceres y nos llena de melancolía en las noches inciertas.
Nos hace sentirnos identificados, como si la canción estuviese compuesta solo para nosotros. Para ese momento. Para esta situación. Para mi reproductor y no para el de al lado. Hecha a medida para una historia escrita en mi destino, sobrellevada o vivida al máximo gracias a acordes tocados justo en los altibajos de la misma.
Enmarca momentos únicos que siempre serán recordaros al escuchar aquella melodía. A veces tenemos que dejar de oírla para siempre. Porque nos hace daño, porque solo nos hace viajar a un tiempo que ya nunca volverá.
Y también nos hace de la vida una estancia más feliz. Nos hace únicos cuando cantamos a “grito pelao” dentro de nuestro coche, o en la ducha, y en mi habitación. Congela instantes. Inmortaliza momentos. Ayuda a seguir. Ánima a llorar y a volver a sonreír. Porque nunca pudo explicarse mejor: “VIVIR SIN MÚSICA NO ES VIVIR”
Para Laura, por elegir Albacete. Ciudad del Viñarock, mi música, la que a mi me hace sentir.
Infinitas combinaciones de palabras con infinitos sonidos de instrumentos. O sin ellos. O sin ellas. Todo es música, hasta el sonido que hacen tus tacones al bailar.
Presente en casi todos los momentos importantes de tu vida, y de la mía. Nos sigue allá donde vayamos, nos persigue sin maldad. Nos alegra atardeceres y nos llena de melancolía en las noches inciertas.
Nos hace sentirnos identificados, como si la canción estuviese compuesta solo para nosotros. Para ese momento. Para esta situación. Para mi reproductor y no para el de al lado. Hecha a medida para una historia escrita en mi destino, sobrellevada o vivida al máximo gracias a acordes tocados justo en los altibajos de la misma.
Enmarca momentos únicos que siempre serán recordaros al escuchar aquella melodía. A veces tenemos que dejar de oírla para siempre. Porque nos hace daño, porque solo nos hace viajar a un tiempo que ya nunca volverá.
Y también nos hace de la vida una estancia más feliz. Nos hace únicos cuando cantamos a “grito pelao” dentro de nuestro coche, o en la ducha, y en mi habitación. Congela instantes. Inmortaliza momentos. Ayuda a seguir. Ánima a llorar y a volver a sonreír. Porque nunca pudo explicarse mejor: “VIVIR SIN MÚSICA NO ES VIVIR”
Para Laura, por elegir Albacete. Ciudad del Viñarock, mi música, la que a mi me hace sentir.
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