Me quedo con...

Los atardeceres eternos de Ibiza.
Las fotos del mar en línea recta. Respetando la regla de los tercios.
La música alta en el tren. Y en el coche. Y sobre todo en vivo. 
Las risas infinitas. Sobre Kaikus y mochilas y ruidos innombrables . 
Los lloros cortos de mis lagrimales. 
Las partidas de cartas familiares. Con rabinos y cacahuetes.
Mi rincón en mi cala favorita. Las dos sabemos cuál es, la cala y yo.
Las largas esperas ridículas. Nunca esperes por nadie. Ni a nadie.
Las decisiones premeditadas. Nunca lo suficiente.
Las conversaciones telefónicas de más de una hora.
Las horas largas que se hicieron cortas.
La melancolía que produce el mar cuando estas triste. 
La energía que te aporta el mar cuando estas triste. 
El filtro "profundo" de mi Samsung. Que neutraliza todos los colores. 
El número 8 y el color azul.
Mi compañera de aventuras Lisbeth Salander. Te voy a echar de menos.
Donde el corazón te lleve. Que se llevó parte del mio.
Amor se escribe sin H. Aunque ya lo sabía.
La vuelta a Zaragoza de una gran amiga. Cada día tengo más claro que Carolina se enamora lo escribieron por ti.
Los abrazos sinceros de gente todavía más. Gracias a ellos.
La falta de inspiración que se me hace eterna. Aunque para mi corazón es bueno.
El amor incondicional de mis padres. Que lo doy demasiado por hecho.
El aprender a querer y no poder. Y poder querer aprendiendo.
La luna de Cádiz. Que no el sol.

Con la vida. Y por aprender a vivirla. 

Comentarios