A veces se escribe bonito, otras solo vomitas. Como la vida misma.

Te  montas en el tranvía a la 1,30 de la mañana a regañadientes porque al día siguiente tienes que trabajar… Situémoslo, hablamos de un sábado de pilares y después de 4 vinos. Y dentro de ese habitáculo,  entre la multitud, divisas un pantalón.
Qué un pantalón blanco con una raya vertical te evoque tantos recuerdos… Regresión al pasado, a tus 15 años, cuando tú eras la que estabas dentro de él. No te hubieras ido,admitelo, da igual lo que tuvieras que hacer al día siguiente. Seguramente hubiese ganado el alcohol y esa valentía que tienes cuando llevas ese puntillo de más. Vamos, que me hubiese quedado mamoneando (A mis 15 años de llamaba así), de aquí para allá, con ese y con tal.  
Y entonces te vuelves a ubicar, aquí. Y lo cierto es, que vuelves a abrir la puerta de casa, esta vez de la tuya propia, y que sorpresa, que 20 años después sigues teniendo TU habitación. La APP del ciclo de sueño al día siguiente marca que tu calidad ha sido de un 87%. Despierta. 

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